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Desarrollar Fe nos ayuda a Reinar

Felicidad comienza con Fe

Si tu observas el inicio de nuestra página web, comenzamos expresando que el reino nos facilita alas para movernos en tres áreas de la vida que podríamos resumir con tres palabras: Visión, Reinado y Servicio.

Expresando definiciones sencillas del inmenso poder de estas tres palabras, podríamos decir que pertenecer al reino se basa en adquirir visión, dirección divina que el Rey ha marcado para recuperar un estado mejor. El mantenernos en esa dirección nos permite superar la mediocridad de una vida simplemente común y desarrollar control de una personalidad más equilibrada y próspera. Por último, el desarrollo de estas dos acciones como tener una dirección clara y gobernar nuestra vida, nos permite dar de aquel capital que desborda y sobreabunda facilitándonos compartir en servicio.

Pertenecer al reino nos permite empoderarnos en estos tres aspectos, pero aquel en el que nuestra intervención humana es significativa, es en el deseo determinado de reinar en vida.

La estructura del reino está determinada por el Rey y su esencia. En el reino de Dios nos encontramos con la visión o dirección de vida que Jesucristo el Rey modeló a favor nuestro para la recuperación de aquello que en un comienzo era bueno (Génesis 1 y 2) y el impacto del pecado alteró (Génesis 3). Esta recuperación se revela en el éxito del Rey sobre la muerte y la posibilidad de recuperar lo perdido reinando en vida (Romanos 5:17). Es un proceso que sólo es transitable por gracia y por medio de la fe (Efesios 2:8 y 9) y nos conduce a un servicio verdadero hacia los demás que resulta en descubrir o encontrarnos en este camino con las obras que el mismo Creador dispuso para que hiciéramos (Efesios 2:10).

Así que tanto en la visión como en el servicio que realicemos hay un resultado final que implica descubrir lo que el Creador ha establecido, pero el puente o la unión que completa el camino del reino entre este comienzo y fin nos introduce en nuestra capacidad humana de determinarnos a recibir esa gracia y desarrollar esa fe para volver a lo perfecto y reinar en vida.

Si te interesan las personas como a mí, entenderás que reinar en vida, es la parte en que podemos introducir nuestra marca personal al involucrarnos con el reino. Pues el Padre ha decidido involucrarnos para que podamos reinar en vida y ayudar a otros para que puedan reinar (Lucas 12:32).

Reinar en vida está directamente relacionado con nuestra determinación de seguir la dirección divina y someternos al Rey para la recuperación de nuestro “dominio propio” y la destrucción y abandono de nuestro “demonio propio”.

Repitiendo los conceptos claves ya mencionados podríamos resumir el propósito divino del Reino y el gran amor de Dios en un proceso simple: Dios nos creó en perfección para reinar y gobernar lo creado (Génesis 1 y 2). Nosotros decidimos reinar en forma separada de Dios por el impacto del pecado (Génesis 3). Dios en su amor decidió darnos otra oportunidad para reinar por medio de la obra de Cristo, quien nos modeló el camino de sumisión al Padre y nos permite restaurar en nosotros el dominio y autoridad sobre la tierra.

Así que entremos de lleno al valor que tiene el desarrollar la capacidad que Dios pone a nuestra disposición para reinar en vida.

En primer lugar, para aquellos que son emprendedores dinámicos y personas con deseo de superarse, el reinar en vida nos permite superar la norma de la mediocridad y ver desde lo alto. La gracia de Dios nos eleva a una posición para ver con claridad (Efesios 2:6) desde lo alto y con profundidad en el llano (1 Samuel 16:7).

En segundo lugar, nos provee los recursos para mantenernos firmes en el camino largo y sinuoso de la vida, luego de tomar conciencia y reconocer que nuestro “exitoso reinado” depende de nuestra reconstrucción de vida.

Reinar en vida depende de nuestra determinación de mantenernos en un proceso de desarrollo que comienza con nuestro reconocimiento de la necesidad de Dios y de recuperar lo perdido de su plan inicial de creación.  Experimentar a Dios es la base para reinar, pero va más allá de la recuperación de nuestra relación al reconocer la obra de Cristo, este reconocimiento nos introduce en la recuperación del dominio original que perdimos al apartarnos de Dios y reconstruir lo dañado más allá del reconocimiento, es lo que nos permite reinar, recuperar el control de nuestro temperamento y un propósito de vida significativo.

Por lo tanto, en el proceso de poder reinar, al reconocimiento le sigue la reconstrucción hacia ese modelo original que se dañó, y solo después del reconocimiento y la reconstrucción puede experimentarse en forma plena la restauración con un propósito de vida. Desde ya que esto no es una fórmula mágica, sino un modelo de crecimiento con determinación intencional.

Resumiendo, para reinar en vida debemos ser intencionalmente determinados a reconocer la necesidad de reconstruir un modelo original perdido para experimentar una restauración de cambio significativo con el favor del propósito eterno de Dios. 

Hay muchas características destacables para aquellos que trabajan en un reinado efectivo, pero para concluir este artículo mencionaremos las siguientes:

En primer lugar, desarrollarás una actitud positiva “Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús” … Filipenses 2:5 al 11 (NTV) y una nueva visión “Por lo tanto si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!”

2 Corintios 5:17 (NVI). Tu actitud estará enfocada en todo lo que es digno …” Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza”. Filipenses 4:8 (NTV)

En segundo lugar, serás determinado para crecer en todo tiempo. “El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría; todos los que obedecen sus mandamientos crecerán en sabiduría…”  Salmo 111:10 (NTV). Te convertirás en una persona enseñable y con un deseo de crecer siempre. “Por eso no nos desanimamos. Pues, aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día”. 2 Corintios 4:16 (DHH)

En tercer lugar, serás una persona con integridad. “Las personas con integridad caminan seguras, pero las que toman caminos torcidos serán descubiertas”. Proverbios 10:9 (NTV). Te valorarán por lo que realmente eres y no por lo que tienes y contarás siempre con la mirada protectora de Dios. “Porque los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen un corazón íntegro para con él”. 2 Crónicas 16:9 (RVA)

Finalmente, tu reinado te permitirá relacionarte y proveer a otros las oportunidades para crecer. No solo tu crecimiento hallará propósito, sino que tus relaciones serán significativas partiendo de una relación con el Padre que produce efectos de alcance concéntrico. “Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios”. “…grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria (reinarán) sobre el pecado y la muerte…” Romanos 5:11 y 17 (NTV).

Felicidad comienza con fe, es nuestro deseo que te determines a desarrollar una fe firme para reinar en vida.

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